En alguna época conocido como el banquero del Kremlin, Sergei Pugachev desempeñó un papel clave en el ascenso de Putin hace 20 años. Sus intereses comerciales abarcaban los astilleros militares, el carbón y la construcción, y hasta fue senador en la cámara alta del parlamento.
Pugachev, que en una entrevista con el Financial Times llegó a afirmar que “personalmente llevé a Putin al poder”, terminó cayendo en desgracia. Fue acusado de haber organizado una estafa al estilo Ponzi con un banco de su propiedad, acusación que niega. Se fue de Rusia y terminó en Gran Bretaña y luego en Francia, donde vive actualmente, después de que el Tribunal Superior de Londres ordenara en 2014 la congelación de sus activos a petición de Rusia.
Desde su caída en desgracia en 2011, Pugachev no pierde oportunidad para lanzar duras críticas contra Putin. Lo hizo por última vez este domingo en una extensa entrevista al diario español El Independiente.
“Putin es un mentiroso patológico. Miente sin ninguna razón. Lo hizo conmigo y lo ha vuelto a hacer ahora en Ucrania. Las bombas caen sobre objetivos civiles pero, en cambio, Putin dice que no atacan civiles”, dijo el ex oligarca.
Pugachev también aseguró haber percibido ciertos cambios en la apariencia de Putin, en medio de crecientes rumores sobre su estado de salud. “Lo traté mucho durante 30 años y y es obvio que veo algunos cambios en su forma de caminar y comportarse, dijo. “Lo evidente es que no está en su mejor estado. Era alguien que se cuidaba mucho; que solía nadar durante cuatro horas al día; luego recibía masajes y le hacían la manicura y la pedicura. Tiene solo 69 años y parece que ha cumplido los 90 años. Así que, teniendo en cuenta todo el dinero y los recursos de los que dispone, es probable que esté muy enfermo. Hasta la gente que ha trabajado toda su vida en una mina tiene mejor aspecto”.
En la entrevista, Pugachev reflexionó además sobre la obsesión del líder ruso con Ucrania, asegurando que se remonta a la revolución de la plaza Maidán 2004 que derrocó el gobierno filorruso en Kiev.
“Para Putin, se trata de un asunto personal, más allá del Gobierno o el parlamento. Por aquel entonces es probable que no tuviera planes de ocupar o atacar Ucrania, pero él lo ve todo como si fuera blanco y negro. En un lado están Estados Unidos y la Unión Europa, a la que considera un apéndice de Washington, y en el otro Rusia con la concepción de la URSS y su influencia sobre los países que nacieron en la era post-soviética”, dijo.
u enriquecimiento y el de la gente a su alrededor. La segunda comienza en 2010 y se basa en mantener y consolidar el poder. La tercera comenzó en febrero, con la invasión de Ucrania”.
“En su proceso de acomodo al poder, Putin se apoyó en personas que tenían ese mismo trasfondo de la KGB y los colocó en los sectores clave para tener un mejor control sobre todo, desde las empresas públicas hasta privadas”, dijo Pugachev. “Entre 2000 y 2010 quienes no estaban de acuerdo con este nuevo sistema, abandonaron el país o les terminó pasando algo”.
Para la época en la que dejó el país, en 2011, “Rusia estaba gobernada ya por la cleptomanía”, según Pugachev.
“Eso implicaba que no había opciones de hacer negocios en el futuro. Fue una época, además, en la que los países occidentales se acercaron a Rusia y el círculo de Putin presumía de corromper voluntades en Occidente. Se impuso la sensación de que podían hacer lo que les viniera en gana y que había empresarios occidentales haciendo cola en Moscú. Fue el momento en el que comenzó a construirse Nord Stream”, el gasoducto con el que ahora Rusia mantiene en jaque a Europa.
A la vez, en Rusia la propaganda incesante basada en el “sueño de reconstruir una suerte de post-URSS evitó que la sociedad percibiera la corrupción masiva y ubicua y que comprendiera que el país se hallaba en una estado bastante terrible”.
Según el ex banquero, los efectos de esa propaganda afecta ahora a las víctimas de la invasión a Ucrania. “Los padres de esos soldados rusos que están cayendo en el campo de batalla no aceptan que esto sea una tragedia con el pretexto de que viven en un gran país. Hay una población a la que le han lavado el cerebro con la nostalgia”, dijo.
En cambio, los oligarcas “comprendieron hacia finales de la década de 2000 que todo el dinero que habían amasado era una propiedad común. Todas sus fortunas estaban bajo la responsabilidad de Putin o le pertenecían. Hoy el sistema es como una cooperativa en manos de Putin y sus más cercanos. Es como regresar a la revolución de 1917 y establecer que ese sistema es el que el país necesita”.
Aún así, según Pugachev la invasión acabará precipitando el colapso de Rusia. “Iba a derrumbarse de todos modos, pero la guerra lo ha acelerado todo y el mundo está siendo testigo. Rusia acabará desintegrándose en regiones autónomas más pequeñas como Chechenia, Tatarstan o Dagestan. Y no sería necesariamente el peor escenario. El imperio romano también cayó y hoy disfrutamos de Italia”, concluyó.
Por Infobae