Algunos cubanos acuden a los mercados agropecuarios mientras otros digieren la noticia de que Fidel Castro ha muerto.
El sábado es día de compras para muchos cubanos, que no disponen durante la semana de tiempo comprar comida u otros productos necesarios, y ni la noticia de la muerte de Castro ha impedido que los compradores llenen el mercado.
La vida en la capital transcurre con aparente normalidad. Los primeros testimonios llegan y las incertidumbres sobre las consecuencias que la muerte de Fidel tendrá para la nación también.
Las banderas ondean a media asta en toda la ciudad, y algunos edificios gubernamentales estaban adornados con fotos que honran al hombre que dirigió el país durante más de 50 años.
El sábado es día de compras para muchos cubanos, que no disponen durante la semana de tiempo comprar comida u otros productos necesarios, y ni la noticia de la muerte de Castro ha impedido que los compradores llenen el mercado.
La vida en la capital transcurre con aparente normalidad. Los primeros testimonios llegan y las incertidumbres sobre las consecuencias que la muerte de Fidel tendrá para la nación también.
Las banderas ondean a media asta en toda la ciudad, y algunos edificios gubernamentales estaban adornados con fotos que honran al hombre que dirigió el país durante más de 50 años.