Jackeline Montero tiene claro su papel legislativo a partir del próximo 16 de agosto: impulsar la creación de centros de capacitación y orientación para las trabajadoras sexuales en cada provincia del país, junto a la instalación y funcionamiento de guarderías infantiles.
Diputada. Jackeline Montero, presidenta del Movimiento de Mujeres Unidas (Modemu), dice que “Cuando Dios manda, hasta el diablo obedece.” Fue postulada por el Partido Revolucionario Moderno.
No quiere la idea de una zona rosa en cada provincia, donde se ejerza el trabajo sexual con “la protección de la Policía Nacional”. Dice que cada ser humano debe ser libre, ajeno de una cerca limítrofe y custodiada por equipos de seguridad.
“Queremos un nuevo proyecto: en vez de ser centros para que las muchachas ejerzan el trabajo sexual que sean centros de capacitación y orientación para ellas, para que puedan tener mejor calidad de vida y de salud”, contó al periódico Listín Diario.
Parte de su orgullo es que las trabajadoras sexuales, que las cifra en 200,000 en todo el país, ya tienen una representante que velará por sus derechos en el Congreso Nacional. En el Movimiento de Mujeres Unidas (Modemo), que preside, tienen registradas a 10,800 mujeres que se dedican al trabajo sexual, con un grupo importante, de acuerdo a lo que explica, que no se reconoce como tal, sobre todo en las clases altas de la República.
Montero es regidora y tiene una frase grabada en su mente que utiliza como arma de vida: “Cuando Dios manda, hasta el diablo obedece”.
Regreso de los veteranos
La Cámara de Diputados que se instalará el próximo 16 de agosto devolverá a ese escenario político a Rafaela “Lila” Alburquerque, Alfredo Pacheco y a Ginnette Bournigal, tres figuras veteranas del poder legislativo dominicano.
A esos tres nombres le surge el debut de los hijos de otro grupo de veteranos políticos: Rogelio Genao Lanza (Ramón Rogelio Genao), Víctor Manuel Fadul (José Ramón Fadul) y Carlos Alberto Amarante García (Carlos Amarante Baret). A esta rarísima fórmula de reciclaje político llegan nombres como Franklin Romero, promotor artístico conocido por la firma del grupo de bachata Aventura; Domingo Baret (Francis Gas), quien fuera sacado de la competencia interna del PLD en 2010 y de Sergio Moya (Gory), quien fuera el encargado de compras de los casinos Dreams.
Agregue por ahí la inclusión de Sandra Abinader, esposa de César Prieto, el administrador del Plan Social de la Presidencia y de Jacqueline Ortíz, esposa del ministro de Hacienda y miembro del Comité Político del PLD, Simón Lizardo. También la de Miledys Suero Rodríguez, esposa del actual diputado Ramón Durán, que salió de la boleta en alianza del PLD-PRD para hacer cuadrar el listado de aspirantes con la cuota de la mujer.
La nueva camada tendrá ahora a José Laluz y Faride Raful, dos políticos del PLD y del PRM que han hecho carrera en los medios de comunicación con sus análisis sociales y políticos. Pero además tiene la extraña coincidencia de Juan Roberto Rodríguez y de Juan Maldonado Castro, dos políticos que antes fueron senadores de El Seibo. El mismo caso de Bournigal cuenta esta historia: del Senado a la Cámara de Diputados.
Diputada. Jackeline Montero, presidenta del Movimiento de Mujeres Unidas (Modemu), dice que “Cuando Dios manda, hasta el diablo obedece.” Fue postulada por el Partido Revolucionario Moderno.
No quiere la idea de una zona rosa en cada provincia, donde se ejerza el trabajo sexual con “la protección de la Policía Nacional”. Dice que cada ser humano debe ser libre, ajeno de una cerca limítrofe y custodiada por equipos de seguridad.
“Queremos un nuevo proyecto: en vez de ser centros para que las muchachas ejerzan el trabajo sexual que sean centros de capacitación y orientación para ellas, para que puedan tener mejor calidad de vida y de salud”, contó al periódico Listín Diario.
Parte de su orgullo es que las trabajadoras sexuales, que las cifra en 200,000 en todo el país, ya tienen una representante que velará por sus derechos en el Congreso Nacional. En el Movimiento de Mujeres Unidas (Modemo), que preside, tienen registradas a 10,800 mujeres que se dedican al trabajo sexual, con un grupo importante, de acuerdo a lo que explica, que no se reconoce como tal, sobre todo en las clases altas de la República.
Montero es regidora y tiene una frase grabada en su mente que utiliza como arma de vida: “Cuando Dios manda, hasta el diablo obedece”.
Regreso de los veteranos
La Cámara de Diputados que se instalará el próximo 16 de agosto devolverá a ese escenario político a Rafaela “Lila” Alburquerque, Alfredo Pacheco y a Ginnette Bournigal, tres figuras veteranas del poder legislativo dominicano.
A esos tres nombres le surge el debut de los hijos de otro grupo de veteranos políticos: Rogelio Genao Lanza (Ramón Rogelio Genao), Víctor Manuel Fadul (José Ramón Fadul) y Carlos Alberto Amarante García (Carlos Amarante Baret). A esta rarísima fórmula de reciclaje político llegan nombres como Franklin Romero, promotor artístico conocido por la firma del grupo de bachata Aventura; Domingo Baret (Francis Gas), quien fuera sacado de la competencia interna del PLD en 2010 y de Sergio Moya (Gory), quien fuera el encargado de compras de los casinos Dreams.
Agregue por ahí la inclusión de Sandra Abinader, esposa de César Prieto, el administrador del Plan Social de la Presidencia y de Jacqueline Ortíz, esposa del ministro de Hacienda y miembro del Comité Político del PLD, Simón Lizardo. También la de Miledys Suero Rodríguez, esposa del actual diputado Ramón Durán, que salió de la boleta en alianza del PLD-PRD para hacer cuadrar el listado de aspirantes con la cuota de la mujer.
La nueva camada tendrá ahora a José Laluz y Faride Raful, dos políticos del PLD y del PRM que han hecho carrera en los medios de comunicación con sus análisis sociales y políticos. Pero además tiene la extraña coincidencia de Juan Roberto Rodríguez y de Juan Maldonado Castro, dos políticos que antes fueron senadores de El Seibo. El mismo caso de Bournigal cuenta esta historia: del Senado a la Cámara de Diputados.