Santiago. La vida de los residentes del barrio Pueblo Nuevo, también conocido como La Bahía, parece trastornarse cada jueves, al ser invadido por el mercado de pulgas y los fines de semana por la bulla de los colmadones.Es uno de los barrios tradicionales de Santiago donde por años abundaron las pequeñas fábricas de zapatos. Eran comunes en patios o marquesinas y con su producción suplían parte del mercado local. Esto dinamizaba la economía de las familias. Con el tiempo esto fue
decayendo y hoy día solo sobreviven algunas y se ha diversificado el modo de subsistencia. Su mayor actividad comercial en la actualidad está en el mercado de pulgas que cada jueves operan vendedores dominicanos y haitianos. Antes se concentraban en los alrededores del Mercado Nuevo, pero ya arropa gran parte del sector atrapado entre las avenidas 27 de Febrero y la J. Armando Bermúdez, limitado por el cementerio municipal 30 de Marzo.
Transformaciones
Su desarrollo inmobiliario no ha sido considerable, aunque algunas viviendas han transformado su apariencia y su gente sigue siendo vecina y amiga. Sin embargo, hace algunos años se construyeron al menos 20 edificios de tres niveles, pero estos más bien han servido como pensiones o aparta-estudio que han albergado a personas que nada tienen que ver con el barrio. En Pueblo Nuevo, como en otros barrios, también han proliferado los puntos de drogas y se han involucrado adolescentes y hasta niños en asuntos de gangas.
A juicio del periodista Nelson González, todas estas transformaciones de los últimos años le han quitado originalidad al sector y ha servido para guarecer a muchos delincuentes que han llevado intranquilidad a las familias que allí residen.
Para contrarrestar esto, junto a un grupo de profesionales que aún viven o siguen comprometido con su sector, trabajan en la formación de scout, con la idea de llevarlo a todos los barrios de Santiago y el país, con el deseo de ofrecer una alternativa a la juventud, fundamentada en principios y valores.
Al igual que González, la gente se queja en el sector de la corrupción y la violencia que se promueve desde los diez colmadones ubicados en el trayecto del bulevar de la calle Manuel de Jesús Tavárez, un tramo que de jueves a domingo queda vedado para residentes y que se torna intransitable. Allí se han registrado muertes y heridos como consecuencia de los frecuentes enfrentamientos y balaceras.
Muchas otras ofertas le caracterizan
Abundan las compraventas, reparadoras de calzados, tiendas de estufas y lavadoras exclusivamente, así como piezas para estas. Pese a la gran cantidad de personas que habitan en la Bahía, no existe una policlínica, no hay farmacias del pueblo o populares y existe una escuela primaria y secundaria que es la Manuel de Jesús de Peña y Reynoso, así como Club de Pueblo Nuevo. Los moradores del barrio Pueblo no solo comparten el desorden de cada jueves con los vecinos del Reparto Perelló, también los atracos y los puntos de venta de drogas “Aquí no tenemos ningún tipo de respiro. Cuando no es la delincuencia, que a diario nos roba la tranquilidad, entonces es el mercado que los jueves no nos deja ni respirar”, expresó Roxanna Domínguez.
Fuente: Elcaribe.com.do / Isabel Guzmán.
decayendo y hoy día solo sobreviven algunas y se ha diversificado el modo de subsistencia. Su mayor actividad comercial en la actualidad está en el mercado de pulgas que cada jueves operan vendedores dominicanos y haitianos. Antes se concentraban en los alrededores del Mercado Nuevo, pero ya arropa gran parte del sector atrapado entre las avenidas 27 de Febrero y la J. Armando Bermúdez, limitado por el cementerio municipal 30 de Marzo.
Transformaciones
Su desarrollo inmobiliario no ha sido considerable, aunque algunas viviendas han transformado su apariencia y su gente sigue siendo vecina y amiga. Sin embargo, hace algunos años se construyeron al menos 20 edificios de tres niveles, pero estos más bien han servido como pensiones o aparta-estudio que han albergado a personas que nada tienen que ver con el barrio. En Pueblo Nuevo, como en otros barrios, también han proliferado los puntos de drogas y se han involucrado adolescentes y hasta niños en asuntos de gangas.
A juicio del periodista Nelson González, todas estas transformaciones de los últimos años le han quitado originalidad al sector y ha servido para guarecer a muchos delincuentes que han llevado intranquilidad a las familias que allí residen.
Para contrarrestar esto, junto a un grupo de profesionales que aún viven o siguen comprometido con su sector, trabajan en la formación de scout, con la idea de llevarlo a todos los barrios de Santiago y el país, con el deseo de ofrecer una alternativa a la juventud, fundamentada en principios y valores.
Al igual que González, la gente se queja en el sector de la corrupción y la violencia que se promueve desde los diez colmadones ubicados en el trayecto del bulevar de la calle Manuel de Jesús Tavárez, un tramo que de jueves a domingo queda vedado para residentes y que se torna intransitable. Allí se han registrado muertes y heridos como consecuencia de los frecuentes enfrentamientos y balaceras.
Muchas otras ofertas le caracterizan
Abundan las compraventas, reparadoras de calzados, tiendas de estufas y lavadoras exclusivamente, así como piezas para estas. Pese a la gran cantidad de personas que habitan en la Bahía, no existe una policlínica, no hay farmacias del pueblo o populares y existe una escuela primaria y secundaria que es la Manuel de Jesús de Peña y Reynoso, así como Club de Pueblo Nuevo. Los moradores del barrio Pueblo no solo comparten el desorden de cada jueves con los vecinos del Reparto Perelló, también los atracos y los puntos de venta de drogas “Aquí no tenemos ningún tipo de respiro. Cuando no es la delincuencia, que a diario nos roba la tranquilidad, entonces es el mercado que los jueves no nos deja ni respirar”, expresó Roxanna Domínguez.
Fuente: Elcaribe.com.do / Isabel Guzmán.