Alguien debe decirle a Juancito que abusar de los más débiles no es bueno

Por Robert Vargas
Alguien debe decirle al sindico Juan de los Santos que la soberbia es mala consejera. Algún amigo o amiga debe explicarle que el poder no debe ser usado para aplastar, menos a aquellos que crean riquezas y fuentes de empleos.



También debe decirle que sus acciones de hoy podrían tener resonancia en su futuro político, en cualquier sentido, bueno o malo. Pero la tendrán.

No se trata de demostrar que se es "más guapo que el más guapo".

Tampoco se trata de que demuestre que tiene "más cojones que el más cojonudo".

Alguien debe decirle que esa fuerza solo se tienen cuando se posee el poder y que, una vez perdido este, es posible que se pase a ser extremadamente débil.


Cualquier amigo o amiga debe recordarle el viejo refrán aquel que dice que "quien siembra vientos cosecha tempestades".

Les comento esto por algo que vi anoche, poco después de las 10.00 pm.

A esa hora fui a la Farmacia Patrizo a comprar una medicina. Llovía en forma torrencial sobre Santo Domingo Este.

Cuando llegué, otros clientes estaban presentes en el establecimiento, ubicado en la avenida Venezuela.

Todos los clientes, exactamente todos, pronunciaron maldiciones dirigidas al sindico Juan de los Santos.

Quienes estaban allí lo consideran un funcionario "despreciable" debordado por la "soberbia".

Yo he recorrido muchos barrios de Santo Domingo Este junto a Juanctio en esos recorridos de inspecciónn sabatina que hace. Por lo regular escucho elogios.

Anoche fue distinto.

Escuché expresiones cargadas de odio y desprecio hacia el síndico.

La razón es sencilla: Juancito se ha empecinado en "castigar" al empresario propietario de esa plaza porque reclamó su derecho a tener estacionamientos para uso de sus clientes.

Como el empresario se convirtió en vocero de otros comerciantes de la avenida Venezuela, entonces, el síndico, como si fuera un muchacho malcriado, parece que ha decidido actuar con venganza y se ha dispuesto a provocar la quiebra de esa farmacia.

Su método ha sido simple: hace varios meses ordenó la destrucción de la acera frente al establecimiento y lo ha dejado sin reconstruir.

A la derecha y a la izquierda, en frente, por todas partes, las aceras de la avenida Venezuela han sido reconstruidas, no así la de la Farmacia Patrizo.

Anoche, los clientes caminaban sobre el lodo para poder entrar o salir de la farmacia, la más moderna de esa vía.

Todo el mundo entendía que Juancito está actuando con soberbia, abusando, y con ello envía un mal mensaje a la población.

Cualquiera puede verificar lo que le comento. Solo tiene que voltear la mirada hacia esa farmacia.

¿Qué ganará Juancito provocando la quiebra de ese establecimiento comercial?

¿Cuál será su ganancia política si quiebra la farmacia más moderna que tiene la avenida Venezuela?

¿Está seguro el síndico que el poder que tiene en la actualidad será eterno?

¿Será esa la forma de actuar de Juancito si un día llegara a ser Presidente de la República?

¿Es que no hay nadie capaz de hacerle entender a Juancito que los abusos contra los más débiles no constituyen buenas acciones?